Renato Lagarto vive entre las piedras de un viejo muro. ¡Renato es cobarde por naturaleza! Al menor ruido sale corriendo con la cola entre las piernas. Un día se celebraba una fiesta en el jardín y Renato decidió unirse tímidamente al grupo, pero la inesperada llegada de una saltamontes lo asustó tanto que Renato, preso del pánico, fue a parar a la casa de Ágata Murciélaga. Una confusión que le causó un susto aún mayor, aunque no es exactamente lo que luego contó a sus amigos.