La historia de mujeres, con mucho talento y lucidez, que mostraron un valor idéntico al pilotar tanto dirigibles como aeroplanos, supersónicos o cohetes. Pioneras que han conseguido encadenar un éxito tras otro a menudo al mismo nivel que los hombres y, en ocasiones, mejor que ellos. Ejemplo de ello son Hélène Boucher, Amelia Earhart, Hanna Reitsch, Jaqueline Auriol o Claudie Haigneré... Ya fueran aeronautas, aviadoras, cosmonautas o astronautas, las mujeres han participado activamente en el desarrollo de la aviación desde sus orígenes. Mujeres intrépidas, dejaron asombrados a reyes y a emperadores decimonónicos cuando se elevaron en globo o se atrevieron a subirse a un trapecio, sin paracaídas... Apenas el hombre se aventuró hacia el cielo a bordo de un globo aerostático en vísperas de la Revolución francesa, la mujer saltó a pies juntillas dentro de la barquilla. No hay duda de que debe tenerse en cuenta en la aventura aeronáutica. Nada la detuvo. Ni las aseveraciones de la Academia de las Ciencias, cuyos "sabios" estimaban que los órganos femeninos no soportarían jamás el viaje aéreo, ni la misoginia que dominaba en la sociedad de la época y que perduró durante mucho tiempo más. A pesar de todo, se decidieron , ¡y volaron! Sin ellas, casi con seguridad, la historia de la conquista del aire carecería de ese sabor particular.